Porfirio Díaz, reconocido líder político y militar mexicano, gobernó el país en diferentes periodos durante el siglo XIX y XX. Durante su gobierno, implementó diversas acciones que tuvieron un impacto positivo en México.
¿Cuál es el lema del porfiriato?
El régimen de Porfirio Díaz, conocido como el Porfiriato, adoptó el lema “orden y progreso”, el cual reflejaba la influencia del pensamiento positivista predominante en esa época. Díaz consideraba que la administración pública debía utilizar la ciencia para lograr el avance tanto humano como material. Esta idea ya había sido enfatizada por Gabino Barreda, quien afirmaba que era imposible que la política avanzara sin apoyarse en la ciencia, al igual que la ciencia no podía dejar de comprender en su dominio la política.
¿Quién fue y que hizo Porfirio Díaz?
La Secretaría de la Defensa Nacional informa que el General de División Porfirio Díaz Morí fue un destacado político y militar en la historia de México. Comenzó su carrera militar en 1854 al unirse al Plan de Ayutla, que desconoció al gobierno del General Antonio López de Santa Anna. Durante la Guerra de Reforma, fue Gobernador y Comandante Militar del Istmo en Oaxaca y alcanzó el grado de Coronel. En 1861, fue elegido Diputado al Congreso de la Unión, pero dejó el cargo para combatir a las fuerzas conservadoras en México y obtuvo el grado de General de Brigada. Durante la Segunda Intervención Francesa, combatió junto al Ejército Republicano y se destacó en la Batalla de Puebla del 5 de Mayo de 1862. Fue hecho prisionero durante el Sitio de Puebla en 1863, pero logró escapar y continuó luchando a favor de la resistencia de la República. Por su participación en diversos hechos de armas, el Presidente Benito Juárez le otorgó el grado de General de División en 1863. Uno de sus logros militares más importantes fue la toma de la Ciudad de Puebla en 1867, lo cual contribuyó al triunfo de la República sobre el Imperio. En 1871, se levantó en armas y proclamó el Plan de la Noria, pero su movimiento fue derrotado. En 1876, proclamó el Plan de Tuxtepec y logró ocupar la presidencia de México en varias ocasiones hasta 1911, periodo conocido como el Porfiriato. Durante este tiempo, se lograron avances en la modernización e industrialización del país, pero a costa de injusticias sociales que dejaron a la mayoría de la población en la pobreza y sin democracia efectiva. Estas problemáticas llevaron al inicio del movimiento revolucionario encabezado por Francisco I. Madero, que buscaba la expulsión de Díaz de la presidencia. Después de diversos enfrentamientos, Porfirio Díaz se vio obligado a renunciar y se exilió en Francia en 1911. Falleció en París el 2 de julio de 1915.
¿Cuáles son las tres etapas del porfiriato?
Este curso se centra en la historia del régimen de Porfirio Díaz y el desarrollo de la estructura económica capitalista en México desde mediados del siglo XIX. La reforma liberal intentó transformar una sociedad que, después de medio siglo de independencia, aún no había abandonado las antiguas formas coloniales. El curso comienza con una exposición del proceso político de la Reforma, que comenzó en 1855 con el derrocamiento de la dictadura de Antonio López de Santa Anna. Esta reforma se caracterizó por la promulgación de leyes que secularizaban la sociedad e implementaban cambios en el orden económico, los cuales fueron resistidos por los conservadores a través de la insurrección.
La victoria liberal en 1860 y su consolidación después del fracaso de la expedición francesa en 1867 no llevaron a la consolidación duradera de un régimen civil, sino a la instauración de un régimen autoritario que implementara la reforma y al mismo tiempo impusiera una estabilidad política considerada necesaria para el desarrollo económico. El régimen de Porfirio Díaz (1877-1911) brindó esta estabilidad relativa y se desarrolló en tres periodos: temprano, medio y tardío, que en cierta forma fueron de instauración, consolidación y crisis. Se caracterizó por el control político, el fomento de la industrialización y el apoyo a la gran propiedad agrícola. El régimen de Díaz comenzó con el triunfo de la insurrección del Plan de Tuxtepec en 1876 y terminó con su derrocamiento en mayo de 1911, lo que dio inicio al proceso conocido como la Revolución Mexicana, que duró hasta 1920.
Durante este periodo, el régimen se enfocó en atender la economía a través de políticas públicas que reformaron las instituciones y métodos de las finanzas públicas con el objetivo de fomentar la construcción de infraestructura básica. Estas políticas resultaron en la unificación del mercado interno, la activación del crédito y las inversiones extranjeras, y la expansión de la red ferroviaria. También mejoró el abasto en el país y aumentaron las exportaciones, especialmente las de plata. Sin embargo, también se agudizó la concentración de la riqueza y la tierra en pocas manos, lo que generó conflictos sociales, como huelgas obreras y resistencia de grupos indígenas como los yaquis, mayos y mayas, que defendieron sus territorios contra el gobierno y los latifundistas.
Para 1900, el régimen de Díaz entró en crisis debido a las crisis internacionales recurrentes de ese periodo y las ambiciones de diversos grupos por suceder al ya anciano presidente. A pesar de esto, Díaz logró reelegirse en 1904 y 1910. Sin embargo, en este último año estalló una rebelión masiva encabezada por Francisco I. Madero. Al no contar con el apoyo de su propia camarilla y ante el fracaso del ejército, Díaz presentó su dimisión.
Este curso ha sido preparado por Víctor Manuel Cuchí Espada, profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México. La duración estimada de trabajo para el alumno es de 10 horas.
¿Cuáles son las clases sociales en el porfiriato?
La pobreza de los campesinos era evidente, ya que ganaban solo 25 centavos diarios mientras que los propietarios les vendían alimentos y otros productos esenciales a precios tres veces más altos. Los hacendados aprovechaban esta situación para endeudar a los campesinos y luego cobrarles con trabajo.
En cuanto a las clases sociales, en la cima se encontraban los latifundistas, los caudillos políticos, los miembros del alto clero y los empresarios, tanto nacionales como extranjeros. A continuación, estaban los pequeños burgueses, y en el último escalón se encontraban los campesinos y obreros, quienes vivían en condiciones muy precarias.
El latifundio era una realidad en la que una sola persona podía ser dueña de una gran extensión de tierra. La iglesia católica también era propietaria de grandes terrenos, pero su clero conservador y adicto al orden represivo imperante provocaba la decadencia de la agricultura. Los brutales e ineptos administradores que contrataban maltrataban a los campesinos y abusaban de las mujeres e hijas de los peones.
El régimen económico era injusto, ya que la dictadura porfirista solo se preocupaba por el progreso material basado en el capital extranjero, ignorando por completo la existencia de la clase trabajadora. Los capitales extranjeros controlaban los ferrocarriles, las minas de plata de San Luis de Potosí, los productos del suelo y del mar, la riqueza forestal y el cultivo de frutas. Los franceses manejaban la lencería y la botinería, los españoles el comercio y los alemanes los cultivos especializados.
La falta de legislación laboral era evidente, ya que no existía ninguna ley que protegiera a los obreros y campesinos. Las huelgas estaban prohibidas y se castigaba a aquellos que se atrevían a pedir mejores salarios o una jornada laboral más humana, que a menudo llegaba a las 12 horas. Los puestos más altos estaban ocupados por estadounidenses, mientras que los mexicanos tenían que conformarse con empleos más modestos.
¿Cuál era la ideología de los porfiristas?
La Revolución Mexicana, que tuvo lugar en 1910, marcó un cambio significativo en la historia de México. Durante más de 30 años, el país estuvo bajo el gobierno de Porfirio Díaz, conocido como el Porfiriato. Aunque su gobierno trajo modernización y crecimiento económico, también fue caracterizado por la represión y la falta de libertades políticas y sociales. En 1908, Díaz hizo declaraciones sobre la necesidad de permitir elecciones libres y cambiar de gobernantes sin recurrir a revoluciones armadas. Sin embargo, no cumplió su promesa y se reeligió en 1910. Esto llevó a Francisco I. Madero a lanzar el Plan de San Luis, que buscaba derrocar a Díaz y restituir los derechos de los campesinos. El movimiento revolucionario comenzó el 20 de noviembre de 1910, con la participación de campesinos, obreros y clases medias. Después de varias luchas y descontentos internos, Madero llegó a la presidencia en 1911. Sin embargo, su gobierno fue breve y fue asesinado en 1913, lo que llevó al ascenso de Victoriano Huerta. A pesar de su corto mandato, Madero contribuyó a la ideología de la Revolución Mexicana y dejó un legado en la historia del país.
¿Quién se levantó en contra de Porfirio Díaz?
Conciudadanos, os convoco a tomar las armas y derrocar al gobierno del Gral Díaz. No solo por el atentado cometido durante las últimas elecciones, sino también para salvar a la patria de un futuro sombrío bajo su dictadura y el gobierno de la nefanda oligarquía científica que está dilapidando los recursos nacionales sin escrúpulos. No dudéis ni un momento, tomad las armas y expulsad a los usurpadores del poder, recuperad vuestros derechos como hombres libres y recordad la herencia de gloria que nos dejaron nuestros antepasados. Sed invencibles en la guerra y magnánimos en la victoria.
Francisco I Madero, empresario y político.
El Plan de San Luis, fechado el 5 de octubre de 1910, fue elaborado por Francisco I Madero, Juan Sánchez Azcona, Roque Estrada y otros. En este documento se declaraban nulas las elecciones de junio de ese mismo año, reafirmando el principio de no reelección y reiterando el derecho del pueblo a un sufragio efectivo.
Después de más de 30 años de gobierno de Porfirio Díaz, durante las elecciones de 1910, Francisco I Madero planteó la necesidad de un cambio en el poder ejecutivo de la nación en su libro “La Sucesión Presidencial de 1910”. Esto provocó una serie de ataques por parte del gobierno hacia Madero, quien manifestó abiertamente su oposición al gobierno de Díaz y su disposición a recurrir a la violencia armada si no se respetaba el proceso electoral. Por estas afirmaciones, Madero fue considerado peligroso y rebelde, y Porfirio Díaz ordenó su arresto.
Madero fue capturado en Monterrey y trasladado a San Luis Potosí, donde se le permitió la libertad bajo la condición de permanecer en la ciudad. Sin embargo, Madero evadió la vigilancia y escapó a San Antonio, Texas, Estados Unidos, donde publicó el Plan de San Luis el 5 de octubre de 1910.
En el Plan de San Luis, Madero argumentaba la necesidad de tomar las armas debido a la tiranía que oprimía a México, basada en la fuerza en lugar del derecho, y cuyo objetivo era enriquecer a un pequeño grupo en lugar de promover el crecimiento y prosperidad de la patria. También señalaba que los poderes legislativo y judicial estaban completamente subordinados al ejecutivo, y que la división de poderes, la soberanía de los estados, la libertad de los ayuntamientos y los derechos de los ciudadanos solo existían en la Constitución.
Madero convocó al país a levantarse contra el porfiriato y establecer elecciones libres. En el manifiesto, se repetía como principio político el lema “Sufragio Efectivo, No Reelección”. Además, se advertía que, en caso de triunfar la Revolución, Porfirio Díaz sería declarado traidor por no respetar los planteamientos de los planes de La Noria y de Tuxtepec, y sus funcionarios serían llevados ante los tribunales por violación a las leyes.
El Plan de San Luis también contemplaba la restitución de tierras, especialmente para las personas de los pueblos originarios. Aunque no se detallaba cómo se llevarían a cabo estas reformas agrarias, esta propuesta logró atraer a amplios sectores del campesinado mexicano. Además, se hizo un llamado a levantarse en armas el 20 de noviembre de 1910 a las 18 horas.
Por todas estas razones, el Plan de San Luis es considerado un documento fundacional en el ámbito de los derechos humanos, como el derecho a la democracia, el derecho a disentir políticamente, el derecho a competir por un cargo de elección popular, el derecho a luchar por los derechos y el derecho al reparto de tierras, entre otros.
¿Cómo era la vida de las personas durante el porfiriato?
Durante el periodo porfirista, el campesinado era una de las clases sociales más vulnerables y explotadas. Estaban sujetos a las tierras de los hacendados a través del sistema de peonaje, lo que los mantenía constantemente endeudados a través de la tienda de raya.
Las familias campesinas eran numerosas y tenían una esperanza de vida que no superaba los 40 años. Los niños sufrían de desnutrición, mientras que los hombres, en su mayoría, eran alcohólicos y obtenían su licor en las tiendas de raya. Las mujeres carecían de todo y llevaban una vida precaria.
Estas familias vivían en comunidades agrarias donde no tenían ninguna individualidad. Esto llevaba al hacinamiento de varias familias en una sola barraca, donde se separaban por grupos sexuales. Las mujeres tenían su propia área para realizar sus actividades y llevar su vida, mientras que los niños ocupaban otro espacio y los hombres permanecían en las labores del campo.
¿Qué cosas malas hizo Porfirio Díaz durante su gobierno?
Crisis económica-social
A principios del siglo XX, el desarrollo económico del porfirismo comenzó a perder impulso. La tasa de crecimiento de la producción industrial disminuyó y los precios de productos agrícolas como el maíz y el frijol aumentaron, lo que redujo el consumo interno de la mayoría de la población en un 57%. Naturalmente, los trabajadores fueron los más afectados por esta crisis.
En 1905, el gobierno llevó a cabo una reforma monetaria adoptando el patrón oro como respaldo de la moneda mexicana. Anteriormente, el respaldo había sido la plata, pero esta medida provocó una devaluación del 50%, lo que resultó en inflación, deterioro de los salarios y aumento de la deuda externa. Aprovechando esta situación, los extranjeros adquirieron empresas y bienes raíces a precios muy bajos.
Sin embargo, fue la crisis económica mundial de 1907 la que detuvo el desarrollo del país. Esta crisis, que comenzó en Nueva York, Estados Unidos, fue la primera crisis financiera del capitalismo moderno. Las causas que la originaron fueron la ambición de los capitalistas, la especulación con acciones de bancos, minas y ferrocarriles, y la falta de regulación financiera. Esto provocó una reducción en los precios internacionales de las materias primas, impactando las economías de los países menos desarrollados como México. En nuestro país, la crisis resultó en un aumento de los precios de los alimentos y las materias primas, desempleo y miseria.
Esta situación económica afectó a las clases altas y medias, como hacendados, comerciantes, rancheros e industriales, pero principalmente a las clases bajas, que siempre resistieron la crisis. Esto agravó los problemas sociales y políticos. En 1907, muchas minas y fábricas textiles cerraron y despidieron a sus trabajadores. En el campo, los conflictos surgieron por la disputa de terrenos baldíos, la colonización, la desamortización de tierras y el sistema de peonaje. En las zonas urbanas, aumentó el desempleo, la prolongación forzada de la jornada laboral, los despidos injustificados y la represión de los capataces. A pesar de la represión y las prohibiciones, se organizaron importantes huelgas y numerosos movimientos de rebeldía campesina, como los de los Yaquis y Mayas.
Al igual que en los países industrializados, en México surgió una lucha obrera por salarios dignos, descanso dominical, jornada laboral de 8 horas, regulación del trabajo infantil y femenino, y pago de indemnizaciones por accidentes laborales, entre otras demandas. Ferrocarrileros, mineros, tabaqueros, panaderos, transportistas y trabajadores textiles formaron los primeros sindicatos, desafiando la prohibición establecida por el gobierno. Entre 1900 y 1905, hubo 29 huelgas, y de 1905 a 1910, hubo 106. Algunos de estos conflictos se convirtieron en verdaderas rebeliones, como la de los mineros en Cananea, Sonora, y la de los obreros textiles en Río Blanco, Veracruz.
Para saber más:
Crisis política
La antidemocracia del gobierno porfirista, reflejada en la centralización del poder político y económico, la ausencia de partidos políticos, la censura de los medios y las constantes reelecciones, provocó la inconformidad de amplios sectores sociales, especialmente de los sectores medios urbanos y rurales.
La oposición más sistemática y radical desde 1900 surgió a partir del surgimiento del Partido Liberal Mexicano (PLM) y sus órganos de difusión, como Regeneración. El magonismo, como también se le conoce, contó con la participación de los hermanos Jesús, Enrique y Ricardo Flores Magón, Librado Rivera, Antonio Díaz Soto y Gama, y un gran número de maestros, médicos, estudiantes, periodistas, obreros y rancheros. En 1906, el PLM publicó el Programa del Partido Liberal Mexicano, cuyas demandas sociales constituyeron el contenido de la lucha revolucionaria y los principios fundamentales de la constitución de 1917. El PLM también organizó los primeros levantamientos armados contra el gobierno porfirista, aunque no fue la vanguardia del proceso revolucionario debido a la fuerte represión ejercida por Porfirio Díaz contra este grupo.
En el grupo dominante también hubo importantes fracturas. La crisis económica y la falta de oportunidades políticas provocaron la ruptura entre el grupo financiero de la Ciudad de México, encabezado por el ministro de Hacienda José Yves Limantour, y el grupo de hacendados e industriales norteños que se unieron en torno al general Bernardo Reyes. Ante la avanzada edad del presidente, el objetivo era obtener la vicepresidencia.
En 1907, el presidente Díaz concedió una entrevista al periodista estadounidense James Creelman, donde manifestó su intención de retirarse del poder y afirmó que el país estaba preparado para la democracia. Esto llevó a un intenso debate y a la formación de varias organizaciones políticas para contender por la presidencia de la república.
Uno de los movimientos importantes fue liderado por el rico empresario y terrateniente coahuilense Francisco I. Madero, quien se convirtió en el representante de los intereses políticos de la burguesía terrateniente norteña y de la pequeña burguesía urbana. La formación del Partido Antirreeleccionista, con Madero a la cabeza, estableció un programa liberal democrático que se basaba en la no reelección y el respeto al sufragio efectivo, lo que le permitió reunir amplios sectores de la población. La prensa fue el medio más importante para difundir su campaña, y recibió el apoyo de periódicos como El Antirreleccionista, El Constitucionalista y Nueva Era. En 1909, Madero fundó el periódico El Demócrata.
Debido a sus importantes recursos económicos y al apoyo de Estados Unidos, Madero se convirtió en la principal amenaza para Porfirio Díaz. En 1909, publicó el libro “La sucesión presidencial de 1910”, donde criticó la dictadura porfirista. Ante el fraude de las elecciones de 1910, Madero dio a conocer el Plan de San Luis, donde invitó al pueblo de México a levantarse en armas contra el gobierno, iniciando así la lucha revolucionaria.
Para saber más:
Concluir
Durante su gobierno, Porfirio Díaz cometió varias acciones negativas, como la represión de la oposición política, la violación de los derechos humanos y la concentración de la riqueza en manos de unos pocos. Estas acciones generaron descontento y llevaron a la Revolución Mexicana.
Enlace fuente
http://museo.ujed.mx/coleccion/permanente/la-familia-campesina-en-el-porfiriato.php
https://www.iaeu.net/course/view2.php?id=107
https://www.facebook.com/inehrm.fanpage/photos/a.419852711430466/3183190781763298/?type=3
https://edomex.gob.mx/revolucion_mexicana_2019
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